EL DÍA DEL JUICIO Y LA REVISIÓN DE LA VIDA

EL DÍA DEL JUICIO Y LA REVISIÓN DE LA VIDA Entonces, dicho esto, y habiéndote recordado que estás aquí, por tu propia elección—tú elegiste esta vida; una vida en la que se te revelaría lo espiritual— estás totalmente dotado de poder. A partir de ahora, entonces, vamos a hablar sobre el Plano Sublime; el cielo, como algunos lo llamarían. Ahora, durante estos años en tu cómputo del tiempo hemos discutido con frecuencia lo que se llama la existencia intermedia, es decir, la que tuviste antes de esta encarnación. Y no profundicé mucho en ella, ni tampoco en tus vidas pasadas, por una maravillosa y gran razón. En mi sabiduría yo entiendo que aquellos que no tienen madurez espiritual se aferran a las vidas pasadas con la misma intensidad con la que se han aferrado a su condición de víctima, de tirano, de tener compasión de sí mismos. Esa información, en vez de ser el maná para el Yo espiritual, le da más alimento al animal interior del hombre y la mujer. Aquí el enfoque ha sido llegar a ser Dios. Eso es lo fundamental y siempre lo será, pero esta noche vamos a hablar sobre el lugar intermedio en el cual estuviste antes de nacer. Ahora bien, en el pasado he expresado enérgicamente que no creamos a nuestros padres; es cierto, pero recuerda también que somos atraídos a una amalgama o grupo genético que sólo equivale a lo que somos antes de llegar. En ese sentido entonces, subconscientemente, llegamos a ser sólo lo que somos capaces de llegar a ser. Nunca podemos llegar a ser lo que somos incapaces de llegar a ser. En otras palabras, no podemos ser algo más grande de lo que somos. De modo que en el lugar transitorio estamos hablando de los niveles tercero, cuarto y quinto. Son los planos de descanso y renovación. Entonces se vuelve obvio que el cuerpo físico ha perecido y toda a energía que le dio vida, desde el alma, se está separando de él. El cuerpo pasa entonces a un lento estado de descomposición. Sin la tecnología moderna y el arte del embalsamamiento la energía se descompondría rápidamente en cuestión de quince días. Toda descomposicion es la disgregación de la masa coagulada y la liberación del patrón de conciencia. ¿Entiendes? ¿Cuántos entendéis? Que así sea. Ahora, aquí estamos hablando del Yo. El Yo, el Yo espiritual, el que no se ve, ya ha partido y ha atravesado el infrarrojo hasta el túnel de luz, al final del cual es recibido por los Señores de la Luz. Y todos experimentasteis la lectura de vuestra vida. En tiempos antiguos se le llamaba el Día del Juicio. Es un día de juicio, salvo que no es realmente un juicio. Es para refrescarte la memoria en cuanto a lo que hiciste. Comprende que eres un ser que es transpersonal y no obstante personal. Un ser que ha sido transmutado fuera de la carne; te has salido de la vestimenta. Y en este plano el espíritu se demoraba para crear la realidad a través del cuerpo —pues vives en un cuerpo que opera de masa a masa—, pero ahora estás en tus propios dominios como entidad espiritual. De hecho, estás vibrando en un reino más benigno que éste. De modo que allí observas tu vida. ¿Cómo es posible esto? Porque las bandas que te rodean, que te apoyaron y te dieron vida y sustento en la matriz, se llevan con ellas en forma de mente todo lo que hiciste, pues lo que haces es una acción, y las acciones son energía. Y el enfoque de esa energía son los patrones de la mente. Así que comenzamos a observar los patrones de la mente mientras se combinan para mostrarnos el esfuerzo de toda una vida. Ahora,hagamos aquí una pausa y déjame decirte esto: algún día, cada momento a la luz de toda la eternidad, será sopesado contra una pluma. Cada momento cuenta. Todo lo que haces y lo que yo hice se ve. Y se ve tanto desde la perspectiva del observador como la del participante, del que realiza la acción como del que es afectado por ella, todo. Por eso se le llama Día del Juicio, porque la mayoría de las personas ignorantes creen, o viven en el engaño de que sus pensamientos no son cosas. Sus pensamientos son cosas. Estas personas piensan ilusamente que lo que hacen a puertas cerradas sólo lo saben ellas. Eso es un engaño; todo se sabe y todo se mostrará. Y en este estado elevado no es necesario que ningún ser te mire y te condene; con que sólo tú lo veas bastará. No hay juicio más severo que el del alma en el Día del Juicio. Ahora, cuando eso suceda—y todos lo experimentaréis puesto que ya lo habéis hecho—, ¿qué será lo más significativo de esto? Lo más significativo es cuán cargado estás a causa de los asuntos sin terminar. ¿Qué carga constituyen las experiencias sin terminar? Si te digo que eres Dios, entonces esta vida es para hacer que ese Dios-fuente evolucione como un todo. Entonces, ¿de cuántas experiencias no te adueñaste? En el momento de repasar tu vida, cada momento en el que fuiste cruel con alguien, cada vez que fuiste taimado y destructivo, cada vez que levantaste falsos testimonios, cada que lastimaste a otro físicamente, cada vez que la lengua se desenfrenó para vengarse y culpar, cada vez que repartiste tu furia de amor no correspondido 29 para destruir a los que te rodeaban y a ti mismo, cada cosa se convierte en ti en ese momento en que la estás viendo. Tú eres todo, ¿lo sabes? Así que sufres el ataque de tu villanía y sientes lo que sintió el otro. Te conviertes en el niño al que golpeaste y sientes su dolor desvalido. Te conviertes en el abusador y su ataque de furia instigada y embriagadora contra un inocente que no se puede defender. Sientes lo que es ser difamado y que mancillen y deshonren tu buen nombre. Lo sentirás porque eres Dios. En este momento no estamos separados; somos todo. Llegamos a entender que es en este momento de tránsito cuando más nos damos cuenta de que somos la totalidad de la telaraña de la vida. Sentimos el abandono con el cual abandonamos. Sentimos la falsedad que infligimos a otro. Experimentamos la culpa que excesivamente nos echamos a nosotros mismos. Sentimos la angustia del amor no correspondido y somos el que llevó las cadenas de esa culpa. Se nos honra y se nos deshonra. Se nos divierte y se nos aturde. Vemos cómo hemos prostituido nuestros valores. Nos convertimos en el cuerpo en medio de su agonía y abuso. Nos convertimos en el abusador y en el abusado. Esto es juicio, y lo sentimos en toda su magnitud. Nos recreamos en el sueño e inspiración que tuvimos a los cinco años; nos desesperamos al ver cómo el sueño se nos fue a los veintitrés. Nos convertimos en el sueño y luego nos esfumamos como él. Nos convertimos en la inspiración que nos maravilla y luego somos el aburrimiento de la inactividad. Vemos el desarrollo de las ideas y conceptos que tuvimos, somos la idea en sí misma, la forma de pensamiento, y luego la vemos como un huevo sin amor y sin sustento que nunca rompe el cascarón. Vemos la idea que nunca fructificó y el dolor de su no-inclusión en nuestro medio ambiente. Lo vemos todo, porque somos la totalidad de Dios. El elemento subjetivo de todo esto es muy importante, porque la esencia del Yo es subjetiva pues lo es todo. De modo que en esta perspectiva el Yo se enriquece y se define mejor. Vemos cuántas veces necesitamos suplicar el perdón de alguien y todas las veces que no nos lo pedimos a nosotros mismos. Vemos todas las oportundidades de amar que tuvimos pero, con nuestro yo renegado y egoísta, las desaprovechamos todas. Vemos el lugar vacío donde no reside el amor y nos dejamos llevar por el desespero y la futilidad. Lo vemos todo. Y en esa exhibición hallamos la unidad incluso en el sufrimiento, ese momento elevado. ¿Y cómo describo yo el sufrimiento si no hay cuerpo? Bueno, la emoción, aunque se genera mediante estímulos eléctricos del cerebro y las redes neuronales, y pasa al cuerpo mediante la liberación de hormonas, se convierte en algo viviente. Es un campo energético en el cual permanecemos y nos sumergimos entonces dentro de toda esa energía. No podemos deshacerla, está hecha. La suerte está echada. Ahora, no quiere decir que esto sea malo; es algo necesario para el ignorante, y todos vosotros lo sois. Lo que sucede allí, en esa visión, es que quedamos cargados. Quedamos cargados por las dificultades que vemos. Una carga es un término espléndido, porque lo que dice es que todo aquello que hicimos, nos lo hicimos a nosotros mismos. Y por medio de esta revelación tenemos que quitarnos esas cargas y darle amor al Yo, que es lo que Dios es. Dios da, ¿recuerdas? EN EL PLANO SUBLIME PLANIFICAMOS NUESTRA NUEVA VIDA. Entonces salimos de allí en un estado de reflexión profunda. Se nos da cualquier imagen en la cual deseemos recapacitar sobre todo esto. Algunos reflexionan en altas cordilleras en el Plano Sublime; otros detrás de árboles magníficos y nobles. Otros lo hacen junto a lagos preciosos rodeados de bosques moteados. Otros en bibliotecas enormes, o flotando en medio de la nada, porque no toleran que los rodee nada. Pero siempre después de esto viene la reflexión, el arte de la contemplación. Y lo que se vuelve ineludible es que esto nos lo hemos hecho a nosotros mismos, porque somos la totalidad del Yo. Ahora he aquí el dilema: todos esos actos, esa vida, se originaron en un tiempo muy lento en el cual el centro de atención de esa vida fue el cuerpo humano. Así que no importa lo que hagas en el Plano Sublime: nunca podrás componer allí lo que hiciste en el plano de la carne. En el Plano Sublime no podemos manifestar experiencias que produzcan emoción física, porque allí no tenemos emociones. ¿Cuántos entendéis? Contemplamos y luego imaginamos, tal como lo hice yo sentado junto al fuego cuando soñé esta jornada. Imaginamos, y tan pronto como lo hacemos, todas las formas y escenas aparecen de manera instantánea. Y mientras contemplamos nos vemos a nosotros mismos y cómo manejamos lo que hicimos. Imaginamos. Como estamos en el Plano Sublime, donde no se hacen las cosas masa a masa, nuestro Yo es más afín a ese tiempo, que no es un tiempo como el de este plano. De modo que allí, cuando imaginamos algo, aparece exactamente como lo concebimos. Y entonces nuestro entorno está siempre cambiando. Y esto es algo ideal durante la contemplación, porque al contemplar podemos ver la escena tal como quisiéramos que sucediera. Y por mucho que nos esforcemos por encontrar alivio o desahogo en ello, no podemos hacerlo. Lo que sí se nos proporciona es nuestra divinidad. Nuestro don de la imaginación nos ha permitido reconstruir el pasado; reconstruirlo y avanzar desde ese punto. No obstante, este mapa, aunque se hace minuciosamente, podría demorar miles de años en el Plano Sublime. La contemplación allí es muy 30 diferente a la que se hace aquí. Y podemos languidecer allí; en aquellos planos podemos planear, delinear y buscar. En el momento en el que se nos ocurre que hay magníficos seres que poseen esta sabiduría, se nos aparecen. Vienen y nos enseñan; nos ayudan con nuestro modelo de imaginación. Ellos no cambian ese modelo en el momento de la contemplación. Ellos te dan los pensamientos y tú incorporas la sabiduría a la imaginación. Así es como funciona, pues no se trata de su imagen, sino de la tuya. Conocimiento: si para ti el conocimiento es como un embalse de información que fluye por una computadora, aparecerá una que tendrá dendritas conectadas a ti, y entonces el conocimiento fluirá a traves de la computadora. Pero al final, el conocimiento fluye hacia ti, y debes ser tú el programa que lo incorpore. O puede que te imagines que el conocimiento se encuentra en enormes salones de aprendizaje, las enormes aulas de una academia. Puedes imaginarte el conocimiento como un conjunto de libros excepcionales. Entonces, de inmediato aparecera una enorme biblioteca, cuyo final no podrás ver, y todos los grandes textos aparecerán en viejos y antiguos anaqueles. Y si en tu mente viejo significa cubierto de polvo y desgastado, entonces así se veran. Así que buscas el manual más viejo, más empolvado y lleno de telarañas que haya, pues tu mente dice que ese es el que posee todo el conocimiento, y lo hallarás. Habrá una mesa para que te sientes y una vela, o una lámpara, que puede ser eléctrica, de aceite, o fluorescente. Te sientas y lees. Lees cada página, una página que parece una luz tenue, con letras multidimensionales que saltan del libro hacia ti, y tú piensas que estás leyendo. Es el mismo conocimiento. Y después de pasar cien años en esta biblioteca, sales con la. información de cómo modular el salón de la contemplación, el salón de ver cómo vas a cambiar las cosas, cómo se va a prolongar esta carga que tienes de estar incompleto a causa de lo que, según tu perspectiva, es el error que has cometido sobre otro. ¿Cómo podrás justificarlo? ¿Cómo podrás escribirlo? Encontrarás la respuesta a todo. Ahora, no es casual el hecho de que todo empiece a comportarse exactamente como un campo cuántico de potencial, pues lo es. El Plano Sublime está en el nivel cuántico, de modo que allí, cuando una entidad —que es espiritual sin el cuerpo— es una mente elevada, todo sucede instantáneamente. ¿Qué hace la entidad? Selecciona senderos de destino intencional y los crea de una manera lineal, con o sin ayuda. Se esfuerza por encontrar una solución, pues nadie quiere vivir en medio del castigo. Ese reino se llama el infierno, pero uno lo vive en forma de asuntos pesados y sin resolver, inconclusos. Ahora recuerda, ten presente que en aquel plano no hay nadie que te diga que tienes razón o que estás equivocado. Eres tú el que emite esas opiniones; no hay ni bueno ni malo. Pero se hace muy evidente el hecho de que pertenecemos al reino angelical y que somos viajeros foráneos en un mundo ajeno, y que estamos facultados para recrear ese mundo de acuerdo con nuestra imaginación, que es nuestro recurso más valioso. De modo que allí no hay nadie que te diga que esto es bueno y aquello malo. Te digo que al ser Dios en ese momento de repaso en la luz sentirás el impacto de todo lo que repartiste en tu encarnación, pues Dios no es algo, sino todo. Ahora: el salón de la contemplación. Muy importante. Todavía hay seres allí que han estado trazando una vida potencial de manera muy cuidadosa. Llevan allí cientos de miles de años. Están planeando esa vida y son como el guardián de la puerta de la historia que conté, que observaba a todos los que entraban.2 Pues bien, hay se que se sitúan junto a la gran puerta del cielo para observar cómo entran todos con sus cosas, y aprenden. Pero lo que es importante es que el aprendizaje no es significativo hasta que se aplica en el nivel en el que se originó la sabiduría. ¿Cuántos entendéis? Que así sea. 2 Esta historia se encuentra en Ramtha Dialogues®, Specialty tape 033, Selected Stories III: Shambhala — Leaving No Footprints. Ahora te hablo en un lenguaje corriente de un plano que es mucho más ilustre, dinámico, fantástico y mucho más hermoso de lo que puede permitir el habla común. Me estoy esforzando por hacerte entender una lección muy valiosa que vamos a aprender acerca del Yo extraordinario y por qué escogiste estar aquí. Una entidad cargada que tiene muchos asuntos sin terminar aquí, no los puede culminar a menos que posea un cuerpo físico que opere en este tiempo. En aquellos otros niveles lo pueden soñar, pero nunca podrán experimentar sus sueños hasta que nazcan en el tiempo destinado para ellos. Ahora, la entidad cargada ha esbozado, entonces, su recorrido lineal y ha conseguido toda la ayuda que ha sabido solicitar. Cuando esté lista para regresar será atraída a un grupo genético igual al que pertenecía cuando se marchó. En este Plano Sublime—el cielo como lo llamarían otros; yo los llamo los planos superiores— no te sientes arrepentido de estar allí. Quiero que sepas que no hay un lugar más vivaz y hermoso que éste, porque es lo inimaginable imaginado. Y nunca hubo un estado de ser que estuviera tan completamente libre de las cargas del tiempo lento y la masa lenta. Tampoco hubo un lugar en donde la belleza física no fuera lo más importante, porque allí podías asumir la apariencia que querías y entonces ya no era importante. Aquí sí es importante; allí no, porque es cambiable, de modo que todos están libres de ese aspecto y flotando más cerca de Dios. Estás en un estado sombreado por el reino dorado, un estado donde el día o la noche pueden ser eternos. Hay multitudes allí, y es como si hubiera espacio suficiente para todos lo hay. Es un lugar merecido; el lugar de 31 descanso antes de la batalla siguiente. Así que no es —como creéis algunos de vosotros que tenéis tendencia a sufrir— un lugar donde se languidece en los bosques de contemplación y se sufre. No. Pero desde el punto de vista subjetivo de Dios es importante que sientas lo que hiciste. ¿Cuántos de vosotrosentendéis? Mas siempre eres objetivo, y partiendo de esa base, no sientes pesar por dejar a tu familia, a tu esposa, a tu esposo, a tus amigos o tus vecinos. No tienes ese tipo de emoción, porque estás libre de todo eso. Hay un entendimiento que penetra en estos planos y es que en la Tierra se está llevando a cabo una gran obra de teatro en la cual tuviste un papel. Pero lo que importa es que nunca llegaste a terminar tu parte del guión. Y al salir de ese sueño tan pesado, sabes que tus hijos realmente no quedaron abandonados: siempre existirán. Tampoco abandonaste a tu amor. Tu amor siempre estará contigo, porque cuando nos convertimos en el Dios subjetivo, interactuamos con la totalidad de la vida. Entonces, ¿cómo podríamos estar separados de ella? Es difícil entenderlo cuando uno está en ese estado, mas todos habéis estado allí, todos. De otro modo no podríais estar aquí ahora. Ahora deja de sufrir y lamentarte por un momento y comprende que en ese estado de "carga" se origina nuestro máximo poder. Queremos entonces diseñar una vida, imaginarla y cambiar sus patrones, los personajes. Todo el que desee participar puede hacerlo. Hacemos esto antes de regresar y continuar donde terminamos. Es algo muy importante también. Ahora quiero referirme a los personajes de la próxima pieza teatral. Siempre se ha sostenido que las personas que se encuentran y sienten empatia recíproca se conocen de una vida pasada. No es así. Qué te parece esto: nunca os habíais conocido y os encontrasteis en el Plano Sublime porque teníais la misma carga, llegasteis al mismo bosque a contemplar la misma cosa. Algunos de estos lugares están repletos y siempre nos atrae lo que somos. De modo que los personajes que tendrán un papel importante en nuestra próxima vida no tienen que ser personas que conocimos anteriormente. Y engañarte a ti mismo continuamente con este pensamiento es una señal de tu ignorancia sobre la vida espiritual, porque este lugar no lo es todo, ni estas vidas lo son todo. En el mismo lugar de contemplación encontraremos seres que, ¡por Dios!, pueden se entidades extraordinariamente avanzadas que en encarnaciones pasadas fueron genios o grandes líderes y que tienen una falla que llevó a estar en contacto contigo. O podrían venir de otro planeta terrestre para resolver aquí esa falla. Nos conocemos a través de la asociación de cargas. ¿Cuántos entendéis? Ahora —y qué difícil de entender es esto—, cuando te sientas al lado de otra persona y entablas una conversación, te estás vincula con ella, y muy pronto te mueves por el laberinto de su mente, comprendes lo que te dice, estás dentro del otro. A su vez, el otro se desplaza por el laberinto de tu mente. Eso es lo que llamamos conversación. Si entiendes eso, entonces empezarás a captar el concepto de que la asociación de cargas, cuando se comparten, atrae a los semejantes en aquel lugar sublime. No se trata de conversar. Allí no se habla, tus pensamientos proclaman. Y así cada uno participa de los pensamientos del otro. En estos momentos, cuando hay una participación recíproca de los pensamientos, ocurre algo maravilloso llamado compasión. Entonces en este maravilloso reino donde hemos diseñado una vida, hemos hallado a alguien que tiene la misma carga, pero la carga puede ser que aquella entidad le hizo a alguien lo que nosotros hicimos. Y, aunque en este lugar de contemplación ambos somos a la vez el que lo hizo y el que resultó afectado, nuestras mentes se juntan y planean una relación, que se materializará más tarde en este plano. De modo que no se trata de los que conociste hace dos mil o cuatro mil años. Los más significativos son los que conociste en el Plano Sublime, porque llegaron al mismo lugar. Bien. Dichas personas entrarán y saldrán de tu vida, a menudo para realizar el mismo drama que tú viniste a consumar. ¿Y qué papel están representando ahora? Al final es selectivo en ese momento. Cuando repasaron su vida y vieron que le hicieron algo inconcebible a alguien, pueden replantear las cosas para que lo inconcebible recaiga sobre ellos. Y el personaje involucrado será alguien que fue la víctima en la existencia anterior. Están aprendiendo el equilibrio. Con todo, pueden aparecer y luego desaparecer de nuestra vida, pero para eso estamos aquí. No existe la casualidad. Todo se crea desde la conciencia y el único propósito de la conciencia no es sólo este plano; es todos los planos. Y cuanto más cerca estamos del Punto Cero, más puros somos como seres conscientes. Así que este maravilloso reino —donde lo que pensamos es— es nuestra naturaleza. Es nuestra verdadera naturaleza es a lo que estamos acostumbrados. A lo que no estamos acostumbrados es a llevar el peso y la carga del tiempo lento y los mecanismos del cuerpo físico, porque allí estamos liberados de eso y de todo lo que representa. Entonces, cuando hemos trazado el plan en nuestro memorable encuentro con otras entidades allí, cuando establecimos ese patrón y hemos decidido esta línea de potenciales, estamos listos para retornar. Nos encontraremos de nuevo con aquellos con los que interactuamos antes. No los recordaremos, pero los encontraremos, y el alma sabrá porque el Espíritu recuerda la conversación. El alma recuerda el viaje. Sólo la mente corporal y el cerebro corporal de la entidad física por nacer no recordarán este incidente. 32 EL VALOR DE EXPERIMENTAR UNA NUEVA ENCARNACIÓN De modo que cuando estamos listos, regresamos, porque no podemos avanzar a menos que regresemos y terminemos nuestros asuntos inconclusos, hasta que comprendamos completamente que Dios es uno. Cuando somos uno, cuando decidimos ser uno, es cuando hemos elegido el camino espiritual, una vida llena de ello. Ahora, entiende también que en estos planos hay entidades que, aunque están con el peso de sus cargas, su carga principal es la falta de éxito porque nunca lo lograron, de modo que naturalmente van a proyectar líneas de potenciales para nacer. Nacen en un lugar atrasado, tienen que recorrer esta vida y llegar a tener éxito partiendo de nada. Así se representará su drama. Es muy importante para ellos. Y alguien debe ser el que paga los platos rotos en el drama. ¿Sabes por qué debe ser así? Porque esos son los individuos que en vidas pasadas pisotearon a otros con el fin de obtener el éxito. De modo que para esta gran presentación se juntan las mentes correspondientes. Entonces hay personas cuya carga es, por ejemplo, la falta de éxito, entonces planean ese potencial para una vida entera, un gran patio de recreos en el cual jugarán a ese juego para un momento fugaz de gloria. Ese momento será lo único que valdrá la pena en toda esa vida. Luego se degenera, porque se reflejará solamente en ese único momento y éste se convertirá en su pasado. Ahora que comprendes el asunto de las cargas un poco mejor, empiezas a percibir que las entidades que hemos conocido en esta vida no llegaron por accidente, que cada persona que conocimos a lo largo del camino era realmente una parte de la línea de potencial que creamos en el Plano Sublime. Lo interesante del plan que trazamos en el Plano Sublime es que rara vez funciona en la Tierra como lo hizo en el Plano Sublime. Tenemos tendencia a pintar las cosas muy alegres allí. Se nos olvidó lo que era tener una ampolla en la mano por apretar demasiado. Se nos olvidó lo que era apretar demasiado. No lo sabemos. Por eso, cuando todo empieza a tomar forma en el plano material, tenemos una aventura extraordinaria, porque su maduración es muy diferente a lo que planeamos con anterioridad, y tuvimos entonces el elemento del misterio puro del hechizo del olvido. Esto también juega un papel y se supone que debe ser así. De modo que todas las vidas que se encuentran en esta encarnación no son necesariamente recuerdos de vidas pasadas. Y no deberías tratar de identificarlas así, pues podrías nublar la escena del potencial que estás tratando de hallar aquí. Estamos tratando de encontrar el Yo con claridad y pureza, sin ninguna contaminación, lo más crudo de nuestra bella naturaleza. Y mientras más lo podamos desmitificar, más real se volverá. Cuando para conciliar cada situación tratamos de darle un significado cósmico, nublamos la escena. Las relaciones no tienen que ser cósmicas —eso es ridículo— deben ser simplemente relaciones. Y desde ese centro crudo y dinámico nos acercaremos más a nuestro plan en lugar de tratar de sacarlo de contexto y convertirlo en algo que nunca fue. En ese caso creamos la carga de producir fantasmas que sólo empiezan a molestarnos. Así que en realidad, en cada vida que cumple lo creado en el salón de la contemplación —sin importar cuán largo, complicado o corto—nuestros amigos verdaderos son a menudo los que vienen del futuro, nunca del pasado, porque es en el Plano Sublime donde nace el futuro. ¿Cuántos de vosotros lo entendéis? ¿De verdad? Muchos individuos empiezan con buenas intenciones, pero su plan nunca se realiza porque se quedan estancados. Este es un mensaje importante sobre el pasado: cuando te quedas atrapado en él, te niegas el potencial del futuro. Por eso es deplorable que te aferres a tu condición de víctima, a tu sufrimiento, a tu angustia, que tus padres hicieron esto y aquello. ¿Por qué sacrificar lo que se creó en el Plano sublime por aferrarse a lo que es temporal en la carne? Cuando les entregamos nuestro poder a los factores esclavizantes del ayer, diluimos el Yo desde y para el cual creamos un potencial en en cielo. Y cuando ya no tenemos el Yo, porque le hemos arrebatado su poder con la pena, el sufrimiento, la miseria, la ansiedad y todo aquello, detenemos el flujo de nuestro destino verdadero. Lo único que obtenemos es la basura a la que nos asimos para tener una identidad. ¿Y por qué no? Te ha servido tanto hasta ahora... Ha esclavizado a amantes, ha hecho que la gente te tenga lástima, la has usado para abrirte paso, la has usado contra otras personas, contra ti mismo. Te ha servido. ¿Por qué querrías desecharla? Porque si no lo haces, no alcanzarás el espléndido futuro que has creado para ti mismo y para los magníficos seres que se te unieron en esa creación, y que tocarán tu vida de maneras inconcebibles, que moverán tu alma en olas de fuego nunca antes conocidas, que te inspirarán hacia tu Yo genial, lo que ningún ser de tu pasado ha hecho hasta ahora. Diseñaste un destino para liberarte de las cargas y en esto participaron mentes fabulosas. Cuando nos entregamos a esto, dejamos el camino libre para que suceda. Nuestra naturaleza de apegarnos al pasado solamente nos hará repetir este proceso, y permaneceremos con la carga de aquello que no hemos alcanzado. Y por un período de tiempo material vamos a ser menos que la grandeza que creamos en el cielo. En otras palabras, tantas existencias no son más que la repetición de la repetición. Repiten los mismos movimientos cíclicos que nacen del alma, las mismas experiencias de las cuales se aleja la naturaleza cobarde del elemento humano, lo que no permite que el movimiento prístino del alma concluya, recupere su poder y le 33 abra paso a un destino fabuloso. Ahora, ¿por qué hacemos esto? Ese "porqué" es un entendimiento muy amplio que requiere de muchas vidas para ser comprendido, pero te lo enseñé en tu primer curso de C&E®. Eres un explorador que vino de Punto Cero. Estás haciendo conocido lo desconocido. Lo importante para nosotros es imaginarnos el sueño y realizarlo, ser artífices de su nacimiento en un reino imposible, arduo y difícil. Para que el soñador pueda realizar enteramente su sueño, éste debe existir en los siete niveles. Cuando estamos aquí abajo lanzando sueños en un tiempo denso, lo estamos haciendo en un tiempo espeso al que no estamos acostumbrados. Somos criaturas de una imaginación eterna, así es como somos; somos conciencia y energía; somos constructores de arquetipos de pensamiento, y la energía se comporta de acuerdo con esto para dar forma a esos pensamientos, se conviete en su movimiento, por así decirlo. No somos criaturas de la carne; nunca lo hemos sido. Pero cuando le permitimos a la carne que nos traicione y fragmente núestra divinidad en personalidades que alimentan viejos fuegos, antiguas llamas, viejas amarguras inflexibles y sin resolver, estamos fragmentados. Somos —y escúchame con atención— el Yo llamado Dios. Cuando permitimos que nuestros cuerpos nos fragmenten, nuestro poder queda entonces dividido, como hermano contra hermano. Estamos en guerra con nuestra propia esencia. Ya no somos completos ni prístinos. Estamos aquí para hacer conocido lo inimaginable, no para repetir lo que ya se conoce y para falsear su sentido de madurez hasta un estado que nos degrade. A este Plano Sublime podemos llevar nuestro aspecto más reciente, lo que a menudo es muy útil, porque, como en mi caso, la gran cicatriz en mi pecho y en mi espalda, me ayudó a recordar la traición que me impuse a mí mismo. Llevamos nuestro cuerpo en su forma más reciente para que nos recuerde lo que debemos "descargar". ¿Comprendes? O sencillamente podemos escoger una forma nebulosa. Podemos presentarnos en la forma que deseemos. Pero cuando estamos en el Plano Sublime, estamos en un estado de éxtasis, de comunión con los estados más elevados de la vida. Estamos muy cerca de la fuente de todo, el eterno Punto Cero, como se lo ha llamado, que en ese momento nos es conocido. Presenciamos la unificación total con el Vacío. Disfrutamos de la compañía de todos, de la dicha, la armonía, la magia de una mente. Nosotros somos la mente; somos la revelación más divina de la imaginación. Mientras está frente a nosotros, da vueltas, cambia con cada uno de nuestros pensamientos. Eso es lo que realmente somos y siempre hemos sido. Entonces, por qué preguntarías: «¿Para que bajar aquí un par de años a resolver algo? ¿Realmente vale la pena?» Por supuesto que vale la pena. Cuando sabes que eres eterno, jugar el papel aunque sea un solo año, vale la pena. ¿Qué es lo que no vale la pena? El Punto es que somos una especie de dioses pequeños que lo intentaron, pero quedaron atrapados. Lo que he estado tratando de enseñarte cada vez, desde que estás conmigo, es que nos quedamos atrapados en una vestimenta cuya naturaleza es totalmente atrasada con respecto a la nuestra y que tiene que vivir en esta existencia que transcurre forzosamente en un movimiento lento, un tiempo lento, que nos ha separado de lo que realmente es nuestra totalidad. La razón por la cual tenemos que culminar nuestros asuntos no es para poder ir a casa. Tenemos que resolver nuestras cargas para poder librarnos de este embrollo de la naturaleza cobarde de la carne humana. Tenemos que completar lo que no ha podido resolver la naturaleza humana.

 

Tomado del libro azul de Ramtha.

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