LA ITUICIÓN

Vosotros recibís sin cesar advertencias, pero no las escucháis ni las
seguís. Pensáis: "Son ilusiones, o mentiras". Necesitáis métodos para aprender a discernir lo verdadero de lo falso en este dominio. 
Una suposición: decidís ir a ver a unos amigos. Antes de salir,
concentraos en vuestro Yo superior, que habita en vosotros, o en este Consejo supremo del que os he hablado, y enviad vuestras peticiones. En realidad, si el caso no es muy importante, no sería conveniente dirigirse directamente a este Consejo, haced por tanto la pregunta al Yo superior. No llamemos la atención de las más altas autoridades para resolver un problema insignificante. Preguntad si vuestros amigos estarán en su casa, cómo se comportan, cuál será vuestra conversación, cómo se desarrollará vuestro encuentro. Sentid la respuesta a estas preguntas antes de poneros en camino. En seguida verificaréis la exactitud de lo que habéis sentido o creído sentir, sabréis entonces si habéis sido capaces de oír la voz de vuestra intuición. Si os habéis equivocado, tanto peor. A vuestro regreso, analizad todo lo que ha pasado en relación a lo que habíais sentido antes. Ved si no habíais percibido débilmente alguna cosa relacionada con el desarrollo de vuestra visita. Repetid a menudo esta experiencia a fin de educaros. Durante largo tiempo vuestros "presentimientos" serán confusos, después serán más claros, y un día os asombraréis de su claridad. Las respuestas que recibiréis, podréis utilizarlas como medio de tratar los asuntos, de decidir compras, o cosas importantes como un matrimonio, el nacimiento de un hijo, etc. Podéis llegar a conocer la persona, el lugar, la hora... La experiencia es simple, pero hace falta entrenarse, educarse.
Otro método, aún mejor que el primero, consiste en enviar una pregunta a
vuestro Yo superior antes de dormiros. Si el problema es importante, dirigid
vuestra petición al Consejo de los Seres superiores. En el curso de la noche, una respuesta os será ciertamente dada bajo una forma o bajo otra. Queréis tener con alguien relaciones, y os preguntáis si es un buen asunto. Procurad acordaros por la mañana de vuestros sueños. Si un tigre o un oso se han presentado en vuestros sueños, ya podéis saber que la persona que queréis frecuentar se parece a estas fieras. Tomad por tanto precauciones. El lado simbólico ha variado. Podéis tener bien la visión de ciertas imágenes, bien solamente una sensación. A veces, es una certitud absoluta. Si vuestros ensayos no se ven coronados por el éxito, perseverad, persistid, un día seréis iluminados. 
Mucha gente proyecta con anterioridad lo que harán al día siguiente,
adónde irán, a quién visitarán, sin contar previamente con el aviso del cielo, sin interesarse por el programa inscrito en lo invisible, e incluso si las circunstancias son contrarias, están decididas a llevarlas a cabo. Helos aquí, naturalmente entrenados para dificultades, complicaciones, choques,
sufrimientos. El sabio obra de otra manera: él pregunta para empezar al cielo, busca conocer su programa y se compromete a cumplirlo estrictamente, obedeciendo a las leyes celestes.

Maestro Omraam

 

 

 

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